miércoles, 21 de enero de 2009

Un cuento.

Me acuerdo como si estuviese ahora allí, el sol me estaba dando en la cara, una sensación bastante incómoda cuando intentas conducir.

Como cada mañana, el despertador me había echado de la cama para ir a trabajar, ducha, desayuno corriendo y un hasta luego cariño mientras ella cerraba la puerta para volverse otra vez a la cama. Nunca me he quejado de mi vida, siempre ha ido sobre ruedas, es más, mis compañeros siempre me han dicho que soy un tipo con suerte. Yo creo que exageran un poco, vale que acabé la carrera siendo uno de los mejores de mi promoción, que al poco de acabar me casé con Mónica y que desde entonces tengo un trabajo que me da el suficiente dinero como para vivir cómodo.

Cómo te iba diciendo...te puedo tutear no?

- Sí, claro, no te preocupes, continua.

- Pues como te iba diciendo, esa mañana era como otra cualquiera, ducha, desayuno, coche, y trabajo, pero cuando llegué a la oficina había algo raro en el ambiente, pensé que al ser lunes a la gente le suele costar más eso de madrugar de venir a trabajar, no sé, es algo que nunca he entendido, yo los fines de semana los suelo pasar en casa, el sábado comemos en casa de los padres de Mónica o los míos y el Domingo vamos a dar una vuelta por un parque que hay al final de la calle donde vivimos, alguna que otra vez Mónica queda a cenar con sus amigas, pero bueno es lo normal en estos casos. Por donde iba?

- Algo raro pasaba en el trabajo...

- Ah! sí! nada un Lunes pensé, y me fui a sentar en mi mesa, la sorpresa fue ver que no había nada en mi mesa, ni el ordenador, ni el marco con la foto mía y de Mónica que nos sacamos cuando fuimos hace dos años a la playa, nada, no había nada...fui corriendo a la mesa de Carmen la secretaria, para preguntarle si nos habían robado, pero no estaba ella, en su lugar había un chico muy borde que me empezó a preguntar que cómo me llamaba y que qué hacía allí sin autorización, al decirle quien era me dijo que no trabajaba nadie que se llamase así en esa planta y que por favor me fuese...vamos después de tantos años trabajando, me habían echado sin decirme nada!! después de lo que he hecho por ellos, te parece justo??

- Hombre...tal y como lo cuentas no suena bien, no...

- Bueno pues volví a casa con un cabreo tremendo, había perdido la mañana en ir a trabajar para que me echasen de esa manera, el camino de vuelta no paraba de darle vueltas a qué había podido hacer mal, qué razón tendrían para echarme así. Cuando llegué a casa empecé a llamar a Mónica, pero no contestaba, cuando entré en el salón la vi abrazada a Carlos, mi mejor amigo desde que acabé la universidad, esa imagen nunca se me borrará de la memoria ver a mi esposa, a mi Mónica con Carlos, no me vieron llegar pero si me oyeron irme, porque del portazo que pegué salió Carlos a la puerta de la calle con la cara blanca, pero no me podía ver, ya estaba lejos de casa...

- Lo mismo estaban hablando y en ese momento se abrazaron, tampoco hay que pensar que te la están pegando a tus espaldas no?

- Mira, yo sé lo que ví, ella estaba abrazada a él, porqué le iba a abrazar a él y no me iba a abrazar a mi? Total he sido un marido perfecto, he intentado que siempre fuese feliz, darle todo lo que quería, cuando hemos hecho el amor me he preocupado de que disfrutase, no entiendo porqué me iba a querer engañar.

- Y tú eras feliz?

- Yo? Pues claro, tenía un trabajo, una esposa, ya te he dicho que he sido siempre la envidia de mis compañeros...

- No me has contestado, no te he preguntado si tus compañeros serían felices con tu vida, sino si tú eres feliz con la tuya.

- Bueno, tampoco hace falta que te pongas así.

- No te lo digo para que te enfades, simplemente que no me has contestado...

- Era lo que se esperaba de mi, nunca he tenido grandes sueños, por suerte he tenido a gente que me ha sabido decir que era lo mejor para mi en cada momento, por ejemplo si no hubiese sido por Mónica no habría ascendido en el trabajo y ahora no estaríamos viviendo en una de las urbanizaciones más caras.

- jajaja, eres muy gracioso! pero dime cuales eran tus sueños??

- Vaya! lo que me faltaba...otro que viene a cachondearse de mi situación...porque llevamos un rato hablando y me has caído bien, aparte que hace mucho que no hablo con nadie y me apetecía. Pues tampoco han sido grandes sueños, ya te digo, por ejemplo me hubiese gustado vivir en el campo, tener una tienda de pueblo donde trabajar con mi mujer y vender un poco de todo, alimentos, ropa, herramientas, no nos daría para tener grandes lujos, pero con lo poco que tuviésemos seríamos felices.

- Bueno no está mal, pero porqué no os fuisteis a vivir al campo en vez de a esa casa tan grande?

- A Mónica le apetecía, y ya sabes que no puedo decirla que no, se me rompe el corazón de sólo pensar que no es feliz por mi culpa.

- Y ahora qué piensas hacer?

- Me gustaría hablar con Mónica y pedirla disculpas por si acaso he hecho algo que le ha molestado, he intentado ir a casa pero siempre está con gente y nunca la veo sóla, alguna vez la he seguido por la calle y la he llamado pero cuando se ha ido a dar la vuelta me he escondido para que no me viese...no sé muy bien cómo acercarme a ella, parece mentira después de tanto tiempo, pero es que la veo tan cambiada...

- Pero no te das cuenta que la estás molestando??

- ¡¡¡Cómo la voy a molestar si es mi mujer!!!

- Ya, pero ella está viva y tú estás muerto, cuando lo vas a aceptar??

- Yo no estoy muerto...estar muerto significaría renunciar a mis sueños, a ser feliz, y si lo estuviese me daría cuenta, de todos modos no tengo porque aguantar que un desconocido me diga tonterías, buenas tardes!

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